Violencia de género, un atentado contra la vida, la integridad y la libertad

Es importante, en el mes de la mujer, reflexionar en un momento en el que la realidad vinculada a la violencia doméstica y de género nos ha roto los ojos con seis femicidios comprobados y dos que aún se investigan, pero de los que hay presunción de ser dos femicidios más.

Al tornarse la temática más visible surgen las más profundas resistencias. Como reacción esperable, esas resistencias son conscientes o inconscientes, pero lo que sí es claro, es que lo primero que se cuestiona es a “las feministas” y en segundo lugar al “femicidio”. Casualmente, el feminismo no está integrado sólo por mujeres, sino que lo integran hombres y mujeres.

El tema de la seguridad y la convivencia en nuestro país, es la principal preocupación de los uruguayos; pero el problema de la violencia que aqueja a hombres y a mujeres, no es el mismo en sus causas, ni en la intensidad ni en la cantidad. Estamos de acuerdo que víctimas fatales son tanto mujeres como hombres, pero cuando entramos a analizar en profundidad, vemos que hay elementos específicos a cada género que aumentan o disminuyen la vulnerabilidad a ser víctimas de ciertos delitos.

Todas las muertes violentas son importantes y por ello merecen ser tratados con igual profesionalismo, lo que en primer lugar debería realizarse con perspectiva de género. En este sentido podemos decir que los homicidios a varones y los homicidios a mujeres tienen características diferentes y que por eso necesitan abordajes y soluciones diferentes, con una base común. Ninguna muerte es más importante que la otra, pero requieren políticas diferentes

Los datos presentados año tras año por el Observatorio y de acuerdo también a la experiencia en la región, muestran que los varones son generalmente asesinados por otros varones en el marco de un hecho delictivo. En cambio, la mayoría de las mujeres, son asesinadas por varones conocidos de su entorno más cercano, principalmente por pareja o ex pareja, por otros familiares. 

Del análisis de los femicidios a manos de pareja o ex parejas (Cf. análisis del Observatorio del Ministerio del Interior: “Homicidios a mujeres a manos de (ex) parejas en Uruguay”, que será publicado en unos días), surge que los autores que habían convivido con la víctima con anterioridad al hecho se entregan a la justicia en mayor medida en comparación al resto, y los homicidios que perpetraron muestran mayor evidencia de premeditación. Además el lugar donde ocurre el homicidio difiere entre quienes convivían, convivieron, y nunca llegaron a convivir:

  • - Cuando víctima y autor convivían al momento del hecho los incidentes ocurrieron en su gran mayoría dentro del domicilio que compartían;
  • - cuando habían convivido con anterioridad los incidentes se desarrollaron en su mayoría en el domicilio de la víctima;
  • - y cuando no convivieron ocurren en mayor medida en la vía pública

Otro dato relevante es el peso relativo de las armas de fuego. Es claramente mayor en las situaciones donde víctima y autor convivían. Este hallazgo contribuye a la reflexión en torno a la peligrosidad de la presencia de armas de fuego al interior de la esfera doméstica.

En los últimos 5 años, han sido asesinadas 106 mujeres por sus parejas o ex parejas varones que las consideraban de su propiedad. En el mismo período de tiempo fueron asesinados 28 varones en manos de pareja o ex pareja mujer.

Por ello llamamos FEMICIDIOS a los asesinatos de mujeres llevados a cabo por varones, que sienten que tienen derecho a hacerlo o que en su sentimiento de superioridad hacia ellas efectivizan actos que violentan la integridad física, psicológica, sexual, etc. Los femicidios son la expresión más violenta de las relaciones de poder desiguales entre varones y mujeres y tienen un preámbulo de ejercicio de violencia que incluye distintos tipos de abuso como violación, tortura, esclavitud sexual (particularmente por prostitución), abuso sexual infantil incestuoso o extra-familiar, golpizas físicas y emocionales, etc. El abuso de poder siempre es con violencia, quien violenta intenta conservar su poder recurriendo a la violencia.

Entonces volviendo a las resistencias que han aflorado en los últimos días, es necesario volver a clarificar que compartimos que la solución debe darse a todos los tipos de violencia y hacia todos los géneros y lo que proponemos es una categoría de análisis de los hechos que enriquezca el abordaje y es la perspectiva de género.

Cuando hablamos de femicidios, a muchas personas les genera molestia, porque se malentiende como la priorización de unos homicidios sobre otros y esto no es así. Lo que se busca, es llamar a las cosas por su nombre y reagrupar problemas para su visibilidad y abordaje con políticas compartidas en algunos puntos pero también específicas en otros. A nadie se le ocurriría que por entender que todos los problemas de salud son importantes, vaya a desmerecer la necesidad de que existan especializaciones para abordar mejor los distintos subgrupos de problemas aunque con una base de formación común. ¿O acaso es lo mismo que para un problema de arterias coronarias nos atienda un ginecólogo porque el cuerpo humano es uno solo?

Por último.

El ex director de la Policía Nacional, Julio Guarteche, siempre insistió con que en materia de seguridad y convivencia, era imprescindible “tener una percepción compartida de la amenaza”, esa máxima aquí es válida, ya que de la Encuesta Nacional de Prevalencia sobre violencia del año 2013 en Uruguay, surge que más del 45% de las mujeres que tienen o han tenido pareja, declaraban haber vivido algún tipo de violencia por parte de su pareja o ex pareja, a lo largo de la vida y que en nuestro país 300.000 niños, niñas y adolescentes viven en familias donde hay reporte de violencia basada en género.

Por su parte en lo que refiere a denuncias recibidas por la Policía, la violencia doméstica -una de las manifestaciones de la violencia basada en género- es el segundo delito más denunciado en nuestro país y el primero en cuanto a los delitos contra la persona. En 2016: las denuncias por violencia doméstica, superaron las 30.000.

De estos datos, es más que imperioso, como señaló el Sr. Presidente de la República, "luchar radicalmente y con todas las herramientas a fin de sacar esa patología tan infernal que es la violencia de género", y para ello es imperioso que se apruebe el Proyecto de Ley Integral de Género, ya que en él se contemplan varias dimensiones y ámbitos del problema. En primer lugar es importante aclarar que no se centra en el aumento de las penas, sino que se aporta una mejor descripción del problema y por tanto aporta un abordaje integral al mismo. 

Describiendo y llamando a las cosas por su nombre, se aporta entre otras cosas a desnaturalizar ciertas conductas o prácticas que la refuerzan y reproducen la violencia basada en género y aporta a la eliminación de los estereotipos de género, adecuándolos a nuestra realidad actual. 

Contar con la Ley Integral de Género permitiría:

  • - Coordinar, ordenar y mejorar las respuestas del Estado frente a la violencia;
  • - Orientar para que en todas las áreas del Estado se desarrollen políticas públicas coordinadas para la prevención de la violencia;
  • - mejorar el acceso a la justicia;
  • - mejorar las medidas de protección a las víctimas;
  • - que las víctimas puedan realizar todos los trámites judiciales en un mismo lugar y ante las mismas personas y las respuestas sean más integrales y eficaces: Juzgados Multimaterias; medidas de protección, pensión alimenticia, tenencia y suspensión de visitas, penal etc;
  • - que los delitos sexuales contra niños, niñas y adolescentes no prescriban con el paso del tiempo, para tener mejores herramientas para combatir el abuso sexual, 
  • - delitos de VBGG a través de medios tecnológicos, 
  • - Establecer los derechos de las víctimas y de las niñas niños y adolescentes en el sistema de justicia. 
  • - sistema de respuesta para la atención de las víctimas de violencia 

Es hora de que cambiemos, no sigamos perpetuando la desvalorización de lo femenino ni su subordinación a lo masculino.

2 de marzo de 2017

Dr. Charles Carrera Leal
Director General Ministerio del Interior

Es importante, en el mes de la mujer, reflexionar en un momento en el que la realidad vinculada a la violencia doméstica y de género nos ha roto los ojos con seis femicidios comprobados y dos que aún se investigan, pero de los que hay presunción de ser dos femicidios más.